Es un Cristo Cautivo de brazos articulados, de aproximadamente 1,85 metros de altura, en actitud de movimiento con una zancada con el pie izquierdo y de piel tostada. Su cabeza, doblada hacia la izquierda hacen que su mirada se pierda en el vacío delante suya. De su pelo rizado salen dos mechones pequeños en el centro de la frente y la barba, corta y triangular, enmarcan a la boca que entreabierta deja ver los dientes.
Los ojos entrecerrados, algo enrojecidos, marcan el esfuerzo y el dolor de sus heridas: Varios regueros de sangre bajan por su frente con distintas orientaciones así como por su poderoso cuello. Otra brecha en un hematoma en su marcado pómulo derecho señala los golpes recibidos, además de una herida en el puente de la nariz sutilmente aguileña.
Sus manos, que irán anudadas entre ellas, dejan los dedos separados entre sí. Su mano derecha tiene los dedos menos flexionados a medida que llegan al dedo índice desde el meñique.Y en su mano izquierda, de los dedos levemente doblados sobresalen tímidamente los dedos meñique e índice sobre el corazón y por último el anular. En ambas poderosas manos, se ven claramente la anatomía de éstas, marcándose claramente venas, tendones y huesos.
Es un Cristo distinto, con un estilo muy marcado que mezcla a la perfección la herencia del imaginero en su plano personal y profesional y el gusto por la imaginería clásica barroca. Tiene un rostro duro y con mucha fuerza que hace que muestre esfuerzo, resignación, sacrificio y Abnegación.
Que Nuestro Padre Jesús de la Abnegación nos bendiga.